la operacion Clavel

Desde la antigüedad las frecuentes avenidas del Guadalquivir provocaron tremendas riadas en Sevilla. Sin embargo, la mayor riada de la historia de la ciudad fue consecuencia del desbordamiento del arroyo Tamarguillo, que transcurría por la ciudad por un curso que, en parte, hoy ocupa la Ronda del Tamarguillo.

La riada del Tamarguillo de noviembre de 1961 fue la culpable de que tres cuartas partes de la ciudad se vieran inundadas, lo que ocurrió tras un período de intensas lluvias. La visión de la plaza de la Campana totalmente inundada, en la segunda fotografía, nos muestra la dimensión de la riada. Las espeluznantes consecuencia para todos los sevillanos las sufrieron en mayor medidas los más humildes: miles de viviendas inundadas, casi mil seiscientas viviendas y chabolas destruidas como podemos ver en la tercera fotografía; más de mil doscientos edificios con daños de importancia. Y lo más dramático fue que más de treinta mil personas se quedaron sin hogar y casi doce mil hubieron de ser evacuadas. La catástrofe afectó a más de ciento veinticinco mil personas sólo en la capital.

La 'Operación Clavel' provocó la tragedia que no causó el Tamarguillo

España entera había ido siguiendo la tragedia sevillana por lo que Radio Madrid, a través del popular locutor Bobby Deglané, organizó una gran intervención que fue llamada “Operación Clavel”. De esta manera llegaron recursos de toda la nación en forma variadísima y se decidió que una gran caravana de camiones viajaría con destino Sevilla para llegar el diecinueve de diciembre. Sevilla, ilusionada, correspondería con una recepción masiva con cientos de miles de personas que se echaron a las calles para recibir tan feliz comitiva, habiéndose fijado el punto de encuentro y bienvenida en la carretera de Carmona, donde cientos de sevillanos se pusieron a cantar, bailar y tocar las palmas como en la cuarta fotografía mostramos, en la que aparece una avioneta, que venía desde Madrid tomando fotos aéreas acompañando a la caravana y que grababa escenas del recibimiento.

Y, entonces, reapareció el drama cuando la avioneta se enganchó con unos cables de alta tensión y se precipitó contra el público congregado provocando una catástrofe con el funesto resultado de veinticuatro muertos y más de cien heridos. El día que se esperaba más feliz se trocó en una de las tragedias más grandes de la segunda mitad del siglo XX en Sevilla. Los restos de la avioneta siniestrada en la última imagen simbolizan aquella inolvidable tragedia

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