Juicio contra los tomates

El tomate es una fruta (sí, en términos botánicos es una fruta, no una verdura) originaria de las montañas andinas de Perú que llegó a Mesoamérica en algún momento previo al arribo de los europeos al Nuevo Continente. Era muy valorada por los indígenas mejicanos (así como por gran parte de los sudamericanos) y en algún momento se llevó a América del Norte, pero allí la gente la recibió con mucha desconfianza.

Resulta que el tomate, por su color y sus características, parece un fruto venenoso. Más interesante aún, tiene pequeñas cantidades de una sustancia conocida como tomatina, un fungicida que puede ser dañino en grandes cantidades. Pero como la cantidad es tan pequeña, el tomate no es un peligro para el consumo humano.

El asunto es, los habitantes de las colonias británicas de América del Norte, entonces poco comunicados con sus contrapartes españoles más al sur (y también con España e Italia, donde el tomate fue rápidamente integrado en las cocinas locales) se negaron a comer tomate por mucho tiempo. Lo cultivaban como planta ornamental, e incluso se lo daban de comer a los animales ocasionalmente, pero jamás lo usaban ellos.

Y por esta razón la fruta estuvo a punto de ser prohibida en varias regiones de Estados Unidos a principios del siglo XIX.

Los juicios de Salem

Salem, condado del estado de New Jersey, es un lugar famoso por los juicios a brujas que ocurrieron cuando el país aún era colonia británica.

Pero la interesante historia de Salem no termina allí, pues fue así mismo la ciudad en la que ocurrieron los llamados juicios del tomate: una serie de sucesos jurídicos que se originaron porque los habitantes de la ciudad, convencidos de que el tomate era un peligro, tomaron la decisión de prohibirlo.

Una aclaración importante es que en los Estados Unidos se tiene un gran respeto por las autoridades locales, por lo que la legislación no funciona a nivel nacional, sino a nivel estatal. Cada Estado hace sus leyes, y las ciudades y condados de cada estado también pueden realizar su propia legislación. Es por esto que son una Federación, y no un gobierno unitario.
Estados Unidos contra el tomate

En cualquier caso, los juicios enfrentaron a las autoridades de Salem con un hasta entonces desconocido: el Coronel Robert Gibbon, quien aparentemente había luchado en la guerra norteamericana de independencia.

No se sabe de dónde sacó el Coronel conocimiento sobre las propiedades culinarias del tomate, pues es más bien poco el registro que tenemos de su vida. Sin embargo, en aquellos juicios el hombre, harto de lo que consideraba un prejuicio ridículo e injustificado, decidió acabar de una vez por todas con el rechazo al tomate.

Y enfrente de toda la población, en un juicio público, el 28 de junio de 1820 se comió él solo un pequeño canasto de tomates. Y claramente no murió.

Fue este pequeño acto el que cambió la concepción de los tomates en los Estados Unidos y desde donde se extendería el uso de la planta a Canadá, Inglaterra y las demás colonias británicas. Todo gracias a un coronel harto de que la gente se negara a comer lo que él consideraba una verdura (o fruta) deliciosa.

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